sábado, 23 de mayo de 2020

Estatua que palpita


En mayo nos conocimos

siete años después

un mismo mayo

fue su adiós

 

En el cenit

igual que la primera vez
cuando sin saber

nuestros nombres

hicimos el amor

Retomo esa tarde

de mayo

del cenit

del adiós

donde

abrupta y dolorosamente

él marcó el final

 

intenté abrir la ventana

quitar el cerrojo

darle clic al encendedor

abrir sus oídos
al ladrido del perro
al aviso del claxon
a la voz en el televisor

 

se ignoraron mis pasos

el crujir de la escalera

de mis nudillos sangrantes

llamar a su puerta


mi voz al clamar

su nombre

que él dejo confundir

y llevárselo el viento

 

Lo descubrí en el silencio

resguardándose agazapado         

con la mirada vacía                                        

y los pulmones llenos                                    

 

como un Discóbolo

o un Pensador

o un David

o un Cristo redentor

pero palpitante

 

Así fue

insisto

ese día de mayo

en el cenit

siete años después

cuando sigiloso

marcó el adiós

 


"Escupí en versos la imposibilidad; el desencuentro."  Carmen Saavedra



Pintura: Armengol/Artmajeur


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