viernes, 19 de julio de 2019

Círculo de Mujeres que se nutren, crecen y florecen


Les presento a Beatriz, ella nos cuenta quién es y de qué trata su proyecto con Mujeres, aquí, en el municipio de Mulegé.

"Nací del vientre de una mujer soñadora, emprendedora y de apariencia independiente. Un vientre cariñoso en el que se tejieron deseos, sentires y emociones; desde donde las historias resonaban y viajaban al manto acuático que me protegía. Al chocar en él se producía el sonido. 
Ahí viví por nueve meses hasta que un día me sincronicé con quien me dio la vida y entonces, fue que nací un 27 de enero a las 13:00 horas, en el hospital de un pueblito donde hace mucha tierra y viento, pero que en su nombre lleva algo sagrado, Guerrero Negro, B.C.S. Sí que me encanta su nombre.

Partí de mi hogar para emprender unas de las mayores responsabilidades, mi formación educativa en la licenciatura de Psicología. Desconocía las cosas a las que me enfrentaría. Sobre todo me enfrenté conmigo misma, o con la que pensé en ese momento que era Yo. Qué lío eso de volverte a conocer, aceptarte y desvestirte de los "detallitos" que se fueron adheriendo a tu persona. No diré impone la sociedad, la religión o la familia, o que éstas ya estaban inconscientemente desde antes de mi nacimiento, a estas alturas es por demás andar con culpas. Es mejor ser responsables de nuestra propia conciencia y soltar la historia "culposa" de nuestra falsa identidad. O más bien, la falsa identidad que se genera gracias a la culpa.

Llevo 11 años trabajando en mi formación, desde la manera más libre y salvaje. Eso se logra desde dentro, desde la intuición, desde el creer en el poder de una. Y es que en gran medida, todo lo que soy, lo que tengo y lo que no tengo, me lo ha dictado la intuición. La fidelidad que tengo para conmigo, nace de esa voz con la que habla el alma.

Mi formación no solo ha sido académica, es también trascendencia espiritual. Es mi libertad, creatividad y resonancia. Ser el viento y ser el mar. Seguir conociéndome y hacerme sabedora de mi propio poder.
De niña crecí con una frase que mi padre y madre me decían constantemente: “eres libre para volar”. Agradezco su frase motivadora aunque en su momento no entendí del todo. Incluso ignoraba a qué libertad se referían.

Ahora desde la responsabilidad de ser una Mujer, elijo los cielos que quiero para mí. Aún me estoy cocinando, esta vez desde mi propio caldero. Desde el pulso de mi energía femenina. Soy Mujer y mi nombre es Beatriz Beltrán Correa, soy la Hija, la Hermana, la Madre, la Amiga. Soy curandera, consejera, cocinera, tejedora y danzante; soy todo lo que deseo ser. Me gusta creer que mi poder no tiene límites, solo requiero de voluntad e intención. Me siento contenta con las herramientas que he ido tomando. La Psicología y Yoga -el cuerpo, la mente y espíritu- son las profesiones que me han elegido y yo a su vez, a ellas. Puedo decir entonces, que me han llevado al camino de mi resurgir o sanación, o como ustedes le quieran llamar.

“Mujeres que Nutren, Crecen y Florecen” surge de mi entrañas. Del dolor y la rabia que me sacude al ver y saber que las Mujeres estamos condicionadas a tolerar, aceptar y vivir la violencia. De ver a una Mujer sin energía, somatizando, deprimida y luchando diariamente con sus emociones y sus ganas de mandar todo a la fregada, sin atreverse porque no tiene una red de apoyo; o tiene que aguantar “porque esa es la vida que le toco vivir”. La formas de violencia son múltiples y estas fueron las historias diarias con las que estuve trabajando durante tres años en un instituto dedicado al mejoramiento de las Mujeres en situaciones violencia. Surge porque creo en las Mujeres, en el poder que tenemos, y si juntamos nuestra intención de sanarnos nosotras mismas, brotarán flores.

¿Saben? a eso le teme el sistema que mueve al mundo. Le teme a nuestro pulso, a la contracción que surge de nuestro útero. A la suavidad de nuestro cuerpo mezclado al salvajismo con el que tejemos nuestros anhelos. Le teme a las Mujeres libres y pensadoras. Si de una cosa estoy segura, es que no quiero que mi hija sea una esclava más. Yo también la quiero libre para que elija sus propios cielos. Por mi madre, por mi hija y por mí. Mi madre es el reflejo de mis antepasadas, yo soy el presente, mi hija el futuro. En su futuro deseo dejar la semilla armonizada con sus ciclos. Todo es un ciclo y nosotras no somos la excepción. No debemos sentirnos mal por nuestros cambios temperamentales.

Deseo que como Mujeres reestructuremos el sentido de quiénes somos. Por medio de estos círculos vayamos aprendiendo que la Mujer que está frente a mí soy yo misma pero con diferentes características e historias. Círculos donde movamos nuestra energía femenina, guiadas por la intuición y la creatividad. Donde nos hablemos y miremos a los ojos al mismo tiempo en que nos sentimos. Escuchar las historias de ellas, las que son iguales a mí y nos conjuguemos en un abrazo de hermanas. Nosotras somos las curanderas. Tenemos en nuestros brazos la pócima para hacernos sentir alivio, paz. 

Por eso “Mujer que Nutre, Crece y Florece” está hecho para nuestro despertar. A través del yoga y la meditación damos un viaje y reconocemos lo que nuestro útero es.
“Mujeres que Nutren, Crecen y Florecen”, ha sido creado para Mujeres. Ahí podemos dejar lo que no nos pertenece y hacernos responsables de lo que sí podemos cambiar. En este espacio se genera el respeto, sin jerarquías.

Estamos representadas por un círculo y este representa el cielo, la Luna , a la Diosa. Este círculo es un lugar donde se unen nuestras más puras intensiones, sentires, pensamientos y acciones, en la más completa libertad. Ser un solo sentir, un latido siempre palpitante. Un latido que ha sido poco reconocido. Aquí cada una descubre sus propios misterios, todos bellos. No obstante, para avanzar en este auto descubrimiento, necesitamos además de comprender, también honrar nuestra propia origen, naturaleza y reconocernos en ella.

“Mujeres que Nutren, Crecen y Florecen”, está hecho para ti, porque todas en algún momento nos hemos cansado de ser el contenedor social. Súmate y se parte de este círculo. Puedes hacerlo en tu casa, con tus hijas, vecinas, seamos nuestra propia red de apoyo, es tiempo de respetarnos y cuidarnos entre nosotras mismas.

Por último, regresé hace cinco años a la tierra salada que me vio nacer y desde entonces, he vuelto a ser despeinada por sus vientos y he escuchado su ulular todas las noches."

Gracias a Beatriz, muchas Mujeres encuentran un espacio dónde sentirse abrazadas, comprendidas, valoradas.
Sororidad, meditación y yoga, son tres herramientas fundamentales en este proyecto donde todas somos diferentes y a la vez una misma.

Patricia Valenzuela

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