Algunas noches al apagar la luz,
me encuentro con el deseo pletórico
debajo de las sábanas.
Me despojo entonces
de la ropa que me estorba.
Un rayo de luna se filtra
a través de la cortina
que danza con el viento
que te llama.
Cierro lo ojos,
imagino el peso de tu cuerpo
sobre el mío.
Mis dedos inician el recorrido
que saben de memoria.
El centro de mi cuerpo, erguido,
la piel erizada.
Balbuceo.
Me quejo.
Todo mi cuerpo progresivamente
responde a tu recuerdo.
Exhultante,
pronuncio tu nombre en voz alta.
Ahí me pierdo.
Luego el viento se calma,
la cortina ya no se mueve.
La luna se oculta tras una nube
que presagia lluvia y frío.
"El erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía." Anaïs Nin
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