No más Hipatias en la Historia,
en la vida cotidiana.
No más campanadas fúnebres
de religiosas o
paganas.
De filósofas,
astrónomas,
médicas, enfermeras.
Estudiantas,
vendedoras,
estilistas,
deportistas.
Niñas, madres
de familia.
No más huérfanas
ni huérfanos.
No más mujeres
que esperan
a sus hijas con
velas encendidas,
entre llantos y
lágrimas
aferradas a un
retrato
en silencio en la cocina.
Hincadas ante
un altar.
Protestando,
excavando.
Por se mujer sabia,
dedicarse a la ciencia
a Hipatia la
desnudaron,
desgarraron sus
carnes
con conchas y tejas.
Para borrar su
recuerdo
por no
someterse al cristianismo.
han sido
asesinadas:
camino a casa o escuela.
Al salir de una fiesta.
Dentro de un taxi.
Por turbas o solitarios,
conocidos o desconocidos.
Por tener vulva
y vagina.
Por no besar la
cruz
de un sistema
que nos quiere
calladas y sumisas.
Pariendo, sirviendo,
dedicadas a los cuidados.
Entre cuatro paredes
prisioneras
del amor
romántico.
Hagamos la revolución
desde la teoría.
En universidades,
plazas
públicas,
oficinas
gubernamentales.
En colegios y
cafeterías.
En la recámara,
en cenas
familiares.
Al grito de
Hipatia
violadores,
acosadores,
abusadores, tiemblen.
Nunca, nunca
más
tendrán la
comodidad
de nuestro
silencio.
El sistema patriarcal
no se va a
caer.
Lo vamos a tirar.
"Nos han enseñado a tener miedo a la libertad; miedo a tomar decisiones, miedo a la soledad." Marcela Lagarde