domingo, 24 de abril de 2022

Hipatia



No más Hipatias en la Historia,

en nuestra vida cotidiana.

No más campanadas fúnebres

de religiosas o paganas.

De filósofas, astrónomas,

médicas o enfermeras.

De estudiantas, estilistas,

vendedoras, deportistas.

De niñas que salen a la tienda.

No más huérfanas ni huérfanos.

No más madres 

que esperan a sus hijas 

con velas encendidas

entre lágrimas y llanto

aferradas a un retrato,

en silencio, en la cocina.

Hincadas ante un altar,

protestando o excavando.

A Hipatia la desnudaron,

desgarraron su carne

con conchas y tejas,

por ser mujer, sabia, de ciencia.

Para borrar su recuerdo,

por no someterse al cristianismo.

Así muchas son asesinadas

por turbas o solitarios

en complicidad del Estado,

por tener vulva y vagina.

Por no besar la cruz de un sistema

que nos quiere calladas y sumisas,

pariendo y cuidando.

Sin derecho a fiestas,

a caminar o abordar solas un taxi 

en la oscuridad de la noche.

Nos quieren prisioneras

del amor romántico.

¡Hagamos la revolución!

Desde la teoría,

en universidades,

plazas públicas,

oficinas gubernamentales.

En colegios y cafeterías,

en la recámara,

en cenas familiares.

Al grito de Hipatia que ardan

edificios y monumentos históricos

Que tiemblen violadores, acosadores,

presidentes y gobernadores. 

Al grito de Ni una más

todo se rompa e incendie.

Porque no volverán a tener

la comodidad de nuestro silencio.

El patriarcado no se va a caer,

lo vamos a tirar.

Ya no estamos solas,

pero nos faltan muchas.    


"Hay que comprender de dónde viene la violencia, cuáles son sus raíces y cuáles son los procesos sociales, políticos y económicos que la mantienen para comprender qué cambio social es necesario."    Silvia Federici.